Tuesday, November 19, 2013

El Nilo en Astoria

por Raquel Bierzwinsky

Los residentes de Manhattan tenemos una muy mala costumbre de casi no salir de nuestra isla, a menos que se trate de Brooklyn (y no muy seguido). Esto, obviamente, es un grave error porque lugares como Astoria y Jackson Heights en Queens son un mini cosmos étnico y culinario.  Y fue por un antojo de comida étnica que llegué a dar con Kabab Café, un restaurante ubicado en las dos cuadras de Steinway Street conocidas como “Little Cairo”, con una fachada sin porra ni fanfarria, tanto así que lo pasamos un par de veces sin darnos cuenta. En estas cuadras de “Little Cairo” se concentran comunidades de inmigrantes del Medio Oriente y, como su nombre lo dice, de Egipto en particular.  Caminar por aquí es toparse con cafecitos donde la gente bebe café, té y fuma shisha en la calle, carritos con comida yemenita al carbón, restaurantes y “centros de entretenimiento” que ofrecen shows de belly dancing, tiendas halal con alimentos importados que solo se consiguen en lugares como este y, en general, restaurantes sencillos de comida típica de la región.

Kebab Cafe


Kabab Café consiste básicamente en la cocina de Ali al-Zayed, su chef y dueño desde hace 25 años, y unas cuantas mesas en un espacio bastante reducido. Ali, un inmigrante de Egipto quien creció junto con su hermano en la cocina de su abuela y su mamá (de quienes fotos cuelgan en las paredes del restaurante), es el único cocinero y la estrella del show. No hay menú formal. Ali presenta las opciones de cada día, según lo que consiguió esa mañana en el mercado, especializándose en cocina Alexandrina, es decir, del norte de Egipto, mientras que su hermano Mustafa, quien tiene su propio restaurante, Mombar, tres puertas más abajo en la misma calle, se especializa en comida del sur de Egipto.




Res, conejo, pollo, cordero, ternera, cabra y pescado, todos preparados como Ali haya decidido ese día.  Y para los amantes de las vísceras de animales, aquí las ofrecen todas.  Pero también hay muchas opciones para vegetarianos. Sea lo que sea, todo está preparado con paciencia, cuidado, amor y orgullo. Ali cocina porque le apasiona, porque así honra a su familia y comparte con nosotros la cultura de aquella tierra que tuvo que dejar hace ya muchos años. Su comida es la comida del pueblo, del día a día, aquella que nos transporta a casa de nuestras madres o abuelas, refinada con la técnica adquirida tras varios años de aprendizaje en restaurantes en distintas partes del mundo.



Para empezar, Ali ofrece entradas como mezze, con falafel preparado con habas blancas y no con garbanzo como es tradicional, junto con hummus, baba ganush y col rizada (kale) frita, acompañados con pita tradicional y pita azul (la cual no sabía que existía).  El falafel fue una muy grata sorpresa, puesto que al estar hecho con haba, resultó mucho más ligero que al que uno está acostumbrado y con un excelente sabor.


Mezze

Ofrece también ensaladas con alimentos de la temporada, como una ensalada de coliflor a las brasas con una reducción de balsámico y granada. Todo esto lo prepara Ali mismo, en frente de uno, sin prisa, con precisión y delicadeza, cortando vegetales mientras revisa la carne que puso en el horno y platica con sus comensales acerca de la comida, de si mismo, su familia, Egipto, política, tradiciones culinarias en otros países, historia mundial y casi, casi de lo que sea. Ali no es solo un cocinero destacado, sino que es un hombre educado, curioso y conocedor.  


Ensalada de Coliflor



Después de la coliflor, las cosas se pusieron interesantes.  El hecho de tener este blog y de haber ido con un alguien que básicamente está dispuesto a comer todo lo que le pongan en frente, me llenó de valor y acepté probar los sesos de cordero, preparados estilo milanesa, con cebollas, alcaparras y limón.  La verdad no estaban mal. La mejor manera para describir la textura de este platillo es que se asemeja a un omelete.  La preparación fue muy buena, pero debo confesar que no es algo que volvería a pedir (en cualquier restaurante), aunque a mi acompañante le encantó y dejó el plato vacío. Como dice Ali, el pueblo no desperdicia nada.  Y, bueno, hay gustos para todo.

Sesos de cordero  

Inmediatamente después nos fue servido uno de los mejores platillos de la comida:  Kushari.  Una deliciosa combinación de arroz, lentejas, cebollas caramelizadas, pasta, tomates y especias, incluyendo comino, dos tipos de semillas de mostaza y turmeric (cúrcuma).  Un platillo que equívocamente se piensa era el desayuno del pueblo egipcio por siglos, pero que Ali nos comentó que en realidad fue traído a Egipto por los soldados Sikh del ejército británico después de la primera guerra mundial, lo cual tiene sentido, pues es muy parecido al arroz Poha que se acostumbra a desayunar en la India.



Kushari  

Para cerrar, Ali nos consintió preparándonos una deliciosa pierna de cordero rostizada, preparada con zanahoria, papas y apio, la cual salió directa del horno a nuestra mesa y cual deshuesó Ali frente a nosotros.






Y después de tan bien servida comida, el único espacio que nos quedaba antes de rodar de regreso a Manhattan fue para el tradicional té de menta y la continuación de nuestra amena conversación con Ali, quien nos contó acerca de sus viajes a México, lo mucho que le gusta la comida mexicana y, en particular, el mamey, al cual se refirió como la fruta celestial (y no lo pudo haber dicho mejor!). Y fue con eso que, astutamente, se ganó mi corazón.



No queda duda que después de esta experiencia, mis viajes a Astoria serán más frecuentes y que quizás, me convierta en una ávida fan de la comida egipcia.  Y seguro, para aquellos con apetito aventurero, Kabab Café quedará grabado en sus estómagos y corazones como un destino culinario y cultural inolvidable.



Kabab Café, 2512 Steinway St. Metro: Astoria Boulevard (N, Q).


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