Los residentes
de Manhattan tenemos una muy mala costumbre de casi no salir de nuestra isla, a
menos que se trate de Brooklyn (y no muy seguido). Esto, obviamente, es un
grave error porque lugares como Astoria y Jackson Heights en Queens son un mini
cosmos étnico y culinario. Y fue
por un antojo de comida étnica que llegué a dar con Kabab Café, un restaurante
ubicado en las dos cuadras de Steinway Street conocidas como “Little Cairo”,
con una fachada sin porra ni fanfarria, tanto así que lo pasamos un par de veces
sin darnos cuenta. En estas cuadras de “Little Cairo” se concentran comunidades
de inmigrantes del Medio Oriente y, como su nombre lo dice, de Egipto en
particular. Caminar por aquí es
toparse con cafecitos donde la gente bebe café, té y fuma shisha en la calle,
carritos con comida yemenita al carbón, restaurantes y “centros de
entretenimiento” que ofrecen shows de belly dancing, tiendas halal con
alimentos importados que solo se consiguen en lugares como este y, en general,
restaurantes sencillos de comida típica de la región.
Kebab Cafe
Kabab
Café consiste básicamente en la cocina de Ali al-Zayed, su chef y dueño desde hace 25
años, y unas cuantas mesas en un espacio bastante reducido. Ali, un inmigrante
de Egipto quien creció junto con su hermano en la cocina de su abuela y su mamá
(de quienes fotos cuelgan en las paredes del restaurante), es el único cocinero
y la estrella del show. No hay menú formal. Ali presenta las opciones de cada
día, según lo que consiguió esa mañana en el mercado, especializándose en
cocina Alexandrina, es decir, del norte de Egipto, mientras que su hermano Mustafa,
quien tiene su propio restaurante, Mombar, tres puertas más abajo en la misma
calle, se especializa en comida del sur de Egipto.
Res,
conejo, pollo, cordero, ternera, cabra y pescado, todos preparados como Ali
haya decidido ese día. Y para los
amantes de las vísceras de animales, aquí las ofrecen todas. Pero también hay muchas opciones para
vegetarianos. Sea lo que sea, todo está preparado con paciencia, cuidado, amor
y orgullo. Ali cocina porque le apasiona, porque así honra a su familia y comparte
con nosotros la cultura de aquella tierra que tuvo que dejar hace ya muchos
años. Su comida es la comida del pueblo, del día a día, aquella que nos transporta
a casa de nuestras madres o abuelas, refinada con la técnica adquirida tras
varios años de aprendizaje en restaurantes en distintas partes del mundo.
Para
empezar, Ali ofrece entradas como mezze, con falafel preparado con habas blancas
y no con garbanzo como es tradicional, junto con hummus, baba ganush y col
rizada (kale) frita, acompañados con pita tradicional y pita azul (la cual no sabía que existía). El falafel
fue una muy grata sorpresa, puesto que al estar hecho con haba, resultó mucho
más ligero que al que uno está acostumbrado y con un excelente sabor.
Mezze
Ofrece
también ensaladas con alimentos de la temporada, como una ensalada de coliflor a
las brasas con una reducción de balsámico y granada. Todo esto lo prepara Ali
mismo, en frente de uno, sin prisa, con precisión y delicadeza, cortando
vegetales mientras revisa la carne que puso en el horno y platica con sus
comensales acerca de la comida, de si mismo, su familia, Egipto, política,
tradiciones culinarias en otros países, historia mundial y casi, casi de lo que
sea. Ali no es solo un cocinero destacado, sino que es un hombre educado,
curioso y conocedor.
Ensalada de Coliflor
Sesos de cordero
Inmediatamente
después nos fue servido uno de los mejores platillos de la comida: Kushari. Una deliciosa combinación de arroz, lentejas, cebollas
caramelizadas, pasta, tomates y especias, incluyendo comino, dos tipos de semillas
de mostaza y turmeric (cúrcuma). Un platillo que equívocamente
se piensa era el desayuno del pueblo egipcio por siglos, pero que Ali nos
comentó que en realidad fue traído a Egipto por los soldados Sikh del ejército
británico después de la primera guerra mundial, lo cual tiene sentido, pues es
muy parecido al arroz Poha que se acostumbra a desayunar en la India.
Kushari
Para
cerrar, Ali nos consintió preparándonos una deliciosa pierna de cordero
rostizada, preparada con zanahoria, papas y apio, la cual salió directa del
horno a nuestra mesa y cual deshuesó Ali frente a nosotros.
Y
después de tan bien servida comida, el único espacio que nos quedaba antes de
rodar de regreso a Manhattan fue para el tradicional té de menta y la
continuación de nuestra amena conversación con Ali, quien nos contó acerca de
sus viajes a México, lo mucho que le gusta la comida mexicana y, en particular,
el mamey, al cual se refirió como la fruta celestial (y no
lo pudo haber dicho mejor!). Y fue con eso que, astutamente, se ganó mi
corazón.
No
queda duda que después de esta experiencia, mis viajes a Astoria serán más
frecuentes y que quizás, me convierta en una ávida fan de la comida
egipcia. Y seguro, para aquellos
con apetito aventurero, Kabab Café quedará grabado en sus estómagos y corazones
como un destino culinario y cultural inolvidable.
Kabab
Café, 2512 Steinway St. Metro: Astoria Boulevard (N, Q).
Síguenos en
No comments:
Post a Comment