Thursday, March 6, 2014

Una perla en the Bowery: Pearl & Ash


Por Raquel Bierzwinsky

Ubicado del otro lado de la avenida sobre la cual solía residir la icónica cuna del rock en Nueva York, CBGB's, se ubica uno más en la lista de recientes y excelentes restaurantes de esta ciudad con interminables joyas culinarias. La joya en esta ocasión es una perla. Pearl & Ash, ecléctico concepto del chef Richard Kuo, quien trae multitud de sabores representantes de su experiencia culinaria en Thailandia, Australia, como aprendiz de Wyllie Dufresne y como responsable del restaurante escandinavo "pop up", Frej. La magia del chef Kuo consiste principalmente en su combinación de texturas y en su uso de una amplia combinación de productos e ingredientes, en ocasiones poco convencionales, que resultan en sabores intensos, pero al mismo tiempo limpios, frescos y ligeros. Los "crudos" se deshacen en la boca, lo condimentado explota con sabor y lo delicado se balancea en el paladar. Todo lo que he comido allí me ha encantado, desde los entremeses hasta el postre.

El menú se divide en entradas, crudos, platos pequeños, pescados, carnes, vegetales y dulces.

El gran aplauso de la noche (con ancore y todo) se lo llevó el pulpo a las brasas con shiso y semillas de girasol. Una experiencia religiosa. De los mejores pulpos que he probado y eso es mucho decir, puesto que el pulpo a las brasas es de mis platillos favoritos. Mi reacción de placer fue tal que convencí a una persona kosher, que nunca había probado mariscos, a comerlo. Y obviamente le fascinó.  El pulpo está condimentado a la perfección, quemado por fuera pero tierno por dentro y servido en una cama de puré de las mismas semillas de girasol y garbanzo.  Obligatorio.


Muy de cerca, en la categoría de los crudos, el callo de hacha (diver scallops), preparado con creme fresh, tomate verde y chips de elote (corn nuts) es espectacular en su frescura y balance de sabores y texturas.


El crudo de pescado fluke con semillas de mostaza y pepino abre el paladar con su frescura y la potencia de las semillas de mostaza. Sabor delicado pero potente.



La tártara de carne es otra de mis entradas favoritas. Su preparación es distinta a las clásicas carnes tártaras, puesto que la yema del huevo se coloca no sobré la carne, sino como base del plato y la carne está cubierta de trozos de pan melba y chips de cacao. Muy diferente y muy recomendable.


De los platillos principales, el bacalao (cod) preparado en leche de coco, albahaca tailandesa (Thai basil) y hierba limón (lemongrass) tiene un balance delicado y extraordinario, lleno de sabor, sin dejar que un ingrediente en particular abrume la combinación ni que la naturaleza salada del bacalao modifique los sabores del platillo. Esta es una de las mejores interpretaciones del mismo que he probado.



Compitiendo con el bacalao para llevarse el premio de platillo principal favorito está la langosta, preparada en una salsa beurre blanc con vainilla, acompañada de champiñones black trumpet, pera anjoú rostizada y finas rayaduras de pera cruda para contrastar texturas.  Esta también fue un hit con mi acompañante, quien después de esta experiencia y al día de hoy se sigue preguntando cómo es que vivió tantos años sin haber probado los mariscos.


En la categoría de vegetales, tienen que probar la coliflor con chiles shishito y avellanas rostizadas. De locos.

Y para postre, la repostería en Pearl & Ash es de primera, siguiendo el tema del balance de sabores intensos pero delicados. El pastel de queso con galleta María, pistaches y sorbete de naranja roja (blood orange) es una deliciosa opción para cerrar la noche con algo no demasiado dulce, pero lo suficiente para satisfacer el antojo.


Pero si quieren algo más decadente, el pastel de chocolate con almendras y gelato de cereza me parece el mejor postre.  Además, la presentación es completamente diferente a lo que esperarían y bastante imaginativa.



Además de la gran comida, Pearl & Ash cuenta con una carta de vinos extraordinaria que no debe pasar por desadvertida, con amplia variedad en tipos de vinos, uvas, regiones y precios. En cuanto al ambiente, el lugar es bastante divertido y es una excelente opción para salir con amigos o para una primera cita, pero ojo, no es un lugar particularmente íntimo, aunque se intenta hacerlo por la iluminación. El lugar está lleno todos los días, el volumen de la música es altísimo (y tienen preferencia por tocar playlists ochenteros) y a la gente que trabaja en la barra le da por hacer un gran show cada vez que abren una botella de champaña, como si fuesen a regalarla (lo cual definitivamente no hacen). Pero eso sí, se van a sentir 100% en Nueva York y van a comer delicioso.



Saturday, February 1, 2014

Ferran Adrià: Notes on Creativity

por Benjamin Nava

En esta gran ciudad las actividades sobran y queremos también compartir aquí algunas de ellas.

Esta semana les recomendamos que vayan al Drawing Center en SoHo. Ahí se presenta la primera exhibición que se enfoca en la visualización y en los dibujos del gran chef Ferran Adrià del afamado restaurante elBulli.




En ella se muestran fotos, cuadernos, maquetas, esquemas, diagramas, notas y un sin fin de dibujos que muestran el proceso creativo de Adrià para desarrollar las ideas de sus singulares platillos.  



La exhibición también incluye instrumentos de cocina especialmente diseñados para elBulli


Así mismo se presenta un adelanto del proyecto Bullipedia.  Básicamente es la recopilación de toda la información disponible en el mundo sobre la cocina, catalogándola para obtenerla de forma ordenada y rápida. 


Ferran Adrià: Notes on Creativity muestra el origen de las ideas filosóficas e intelectuales de este gran innovador gastronómico que han revolucionado la manera de entender la cocina.

Tienen hasta el 28 de Febrero para visitar esta estupenda exhibición. No la deben dejar pasar.

(Si van con tiempo, quédense a ver el documental Documenting Documenta (2011) que relata la participación de Adrià en la exhibición de arte Documenta 12 que se llevó a cabo en Kassel, Alemania en 2007. Adrià ha sido el único chef en el mundo que ha sido invitado a Documenta como artista . El video se proyecta en el sótano).



Entrada $5. Horarios: miércoles a domingo de 12pm a 6pm, jueves 12p-8p. 
Drawing Center, 35 Wooster St. New York, NY 10013

Sunday, January 19, 2014

Bosie Tea Parlor - Más allá del té


por Benjamin Nava

Existe un cierto placer en la exploración incesante de espacios atractivos y únicos en esta ciudad. No somos los únicos y en esta ocasión este hallazgo se lo debo a un gran amigo que también goza en descubrir estas joyas ocultas que muchas veces pasan desapercibidas.

Entre la ruidosa 7a. Avenida y la famosa Bleecker St., se encuentra un tramo discreto y silencioso de Morton St. Una cuadra muy tranquila y apacible, que no llama mucho la atención. 

Y como en muchas de las calles residenciales en West Village, uno parece transportarse por arte de magia a un cierto paréntesis urbano donde la paz y la tranquilidad se apropian del entorno. Ahí es donde se ubica Bosie Tea Parlor. Un refugio ideal para aquellos que buscan un respiro, una pausa dentro de la agitada vida en esta urbe.


Siendo el único negocio en la cuadra, desde la calle resaltan los enormes vidrios de su fachada. La luz entra plenamente al lugar y se refleja en los enormes recipientes dorados de té que adornan las paredes del local. Este detalle le da una cierta calidez al lugar que lo hace atractivo e invitante. Su decorado es discreto y sencillo, con unas cuantas fotos en la pared, libros sobre té y algunas teteras antiguas como adorno en sus repisas.


El menú de té en Bosie Tea Parlor es amplísimo. Un cuadernillo con una gran cantidad de variedades, algunas que sinceramente no conocía. El té se sirve en teteras de 2 o 4 tazas. Té verde, blanco, negro, mate, oolong, darjeeling, en fin. Durante mi segunda visita, a recomendación de una de las meseras, pedí una variedad de té blanco. Su aroma frutal era delicioso, nunca antes había probado un té igual.


Con más de 100 opciones, es difícil elegir uno. Pero la curiosidad lo hace a uno regresar a probar otras de las variedades disponibles. 


Kiley Holliday es la encargada de esta gran selección. Certificada por la Asociación Americana de Tea Masters, Holliday estudió todos los aspectos del té incluyendo la historia, las mezclas de té y los maridajes. En 2010 decidió abrir Bosie Tea Parlor, que toma su nombre del amante de Oscar Wilde, quien era conocido por su afición al té.


Como parte de los atractivos, se ofrece un servicio de té que incluye pequeños sandwiches, macarrones y pastelillos. Ideal para ocasiones especiales, encuentros románticos y por qué no, hasta para la primera cita. 


Pero aquí no todo es té. Bosie Tea Parlor ofrece muchísimas otras opciones para comer y beber. Hay ensaladas, sopas, paninis y quichés. Y para los que no toman té, hay cerveza, vino y café.

Y no puede faltar una amplísima variedad de postres a cargo de Damien Herrgott, originario de Besançon, Francia que proviene de una familia de chef reposteros. Las opciones son casi infinitas: croissants, macarrones, pasteles, tartas, pays, scones, galletas, eclairs. Y en algunos de estos, el té es parte de los ingredientes, como el eclair de té verde o la tarta darjeeling.



Se pueden dar una vuelta a cualquier hora porque cuenta con un amplio horario. Los fines de semana se extiende desde temprano para ofrecer brunch y cierra hasta la media noche.

Asi que ya están enterados. En esos momentos que estén agobiados, o necesiten de un poco de silencio, paz y tranquilidad, acudan a Bosie, ya sea solos o bien acompañados.

Bosie Tea Parlor, 10 Morton St., New York, NY 10014

bosienyc.com


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Monday, December 30, 2013

Chez Sardine


Por Raquel Bierzwinsky

Escuchen bien y háganse un favor en la primera oportunidad que tengan: vayan a cenar a Chez Sardine.   Si no salen de allí tan emocionados como yo salí, me pueden escribir  o hablar por teléfono y les reembolso el dinero de la cena.

Ubicado en la esquina de las calles W10th y W4th, este es uno más de recientes restaurantes que el restaurantero/empresario Gabe Stulman (Perla, Joseph Leonard, Jeffreys, entre otros) ha abierto en el West Village y les confirmo que es una joya.  El restaurante no es francés y no ofrece sardinas en su menú, pero sí ofrece uno de los menús más creativos y diferentes que he probado últimamente en cuanto a sushi y otros platillos japoneses estilo Izakaya (una taberna japonesa).

El lugar es pequeño e íntimo, pero con un ambiente que refleja la actitud moderna detrás de la cocina de su chef Mehdi Brunet-Benkritly.  De la lectura del menú a veces es difícil imaginarse el producto final, pero en la mayoría de los casos funciona y muy bien.  La presentación es impecable, al igual que los sabores.

El ceviche de navajas, uno de los especiales de la noche, servido en la propia almeja, es una explosión de sabor en la boca.  Los hand rolls de cangrejo o de unagi (anguila) son también una gran opción para empezar.

Ceviche de Navajas

En cuanto al sushi, no pueden perdérselo. La lista, aunque pequeña, ofrece combinaciones y sabores inesperados, algunos tal vez para paladar aventurero.  Lo curioso es que la idea original detrás de Chez Sardine no incluía sushi y ahora es de lo mejor y más popular que sirve el restaurante.

Cada sushi se sirve por pieza individual y su balance es tan perfecto, que no se sirve con salsa de soya. No es si quiera necesaria.  Para los amantes del uni, Chez Sardine es obligatorio.  No deben perderse el sushi de carne tártara con uni, combinación inesperada de carne de la mejor calidad envuelta en alga con una delicada pieza de uni coronándolo. 

Sushi de Carne Tártara con Uni

Otro de mis favoritos es el sushi de unagi (anguila) con tobiko y tempura, que es de lo mejor que he probado en mucho tiempo.  También el sushi de salmón escocés con pedazos de pretzel y crema de limón (si, leyeron bien, pretzel) o el smoked artic char (trucha alpina) con arroz frito o bien, el sushi de fluke cubierto de un pincelazo de lardo caliente, el cual le da una cremosidad adicional al pescado.

Sushi

El menú de Chez Sardine ofrece también una combinación de entradas en platos pequeños y en porciones más grandes.  De los platos pequeños, resaltan el callo de hacha con uni (raw bay scallops with uni), preparado con jengibre, cebollín y aoli, así como los "breakfast pancakes", los cuales son la interpretación de Chez Sardine del matrimonio entre blinis y hot cakes.  Ambos platillos son espectaculares.  Los "breakfast pancakes" consisten en tres pequeños hot cakes apilados que, en lugar de tener caviar como un típico blini, aquí son acompañados por hueva de salmón, tártara de pescado y yogurt. Fenomenales.

Bay Scallops


Breakfast Pancakes 

De las entradas en platos más grandes, el wagyu steak con mantequilla de tuétano, cocinado con vinagre de jerez, es una excelente opción.  Aunque la presentación es sencilla, la carne es suave y la mantequilla de tuétano es un excelente acompañamiento.  Otro platillo que es el especial de la casa es el miso-maple salmon head, que como su nombre lo dice, consiste en la cabeza entera del salmón marinada en salsa de miso y miel de maple.  Como con cualquier otro pescado, hay partes más carnosas que otras y partes más grasosas que otras.  Para mí, la parte con mejor sabor es la mandíbula por ser la más carnosa, pero el platillo en general es muy bueno.  Sin embargo, la entrada ganadora de la noche es el maki tempura con langosta, aguacate y pork belly.  Otro wow en este menú y con una presentación inesperada.

Maki Tempura

La langosta y el pork belly (ya cocinados) vienen acompañados con arroz y envueltos en alga al estilo maki de sushi, pero capeados y fritos como tempura.  Se acompaña con dos salsas: una blanca y otra de hoisin y soya.  Me gustó tanto que por unos momentos contemplé seriamente pedir otro plato más.

Y después de este festín ya no nos quedaba espacio para nada más, lo cual fue bueno porque Chez Sardine no sirve postres, excepto que la concina premió nuestro apetito y nuestra cartera con un pequeño "regalito" consistente en una tacita de yogurt con granola hecha en casa, la cual sirven los sábados y domingos en su menú de brunch. 

Vayan, coman, agasájense y comenten.

Friday, December 13, 2013

Las Guerras del Ramen

Por Raquel Bierzwinsky

En esta ciudad se ha venido librando una batalla campal para determinar qué restaurante sirve el mejor ramen, ese platillo tan básico e icónico de la comida japonesa que según dicen las malas lenguas, fue importado a Japón a principios del siglo XX por los chinos. Y no me refiero a la sopa Maruchán que todos hemos probado en un acto de desesperación, sino al verdadero estilo japonés de ramen del cual Nueva York se ha visto agraciado en decenas en los últimos años. 

En una esquina, desde la ciudad de Kyushu, Japón: Ippudo.

En la otra esquina, con menú inspirado en Hakata, Japón: Totto Ramen.

Se preguntarán ustedes qué importancia tiene la ciudad de dónde se inspira el ramen.  Pero, es tan importante como cuando diferenciamos la comida Toscana de la Siciliana, la Parisina de la Marsellesa o la Vasca de la Sevillana.  Bueno, más o menos.

Ippudo tiene sus orígenes en Kyushu, la cuna del Hakata Tonkotsu o caldo preparado a base de huesos de cerdo.  Este es el estilo de ramen que se sirve en sus dos sucursales en Nueva York.  El Ippudo niuyorkino "original" se encuentra ubicado en el East Village a unas cuadras de Astor Place.  Su más reciente sucursal, abierta el verano del 2013, se ubica en la calle W51st, curiosamente a unos pasos de su rival Totto Ramen.

Ippudo

La mayoría de los caldos de Ippudo son hechos a base de carne de cerdo, pero la sucursal en el East Village prepara un ramen completamente vegetariano, el Wasabi Shoyu Ramen, que compite en sabor a la par con cualquier ramen de carne que se le ponga enfrente.  El Wasabi Shoyu Ramen está preparado a base de vegetales y salsa de soya y acompañado de pasta de frijol (bean curd), wasabi, menma (bambú), nori (alga), cebollín y aceite con infusión de wasabi.  El resultado es merecedor de un aplauso y altamente recomendable inclusive a aquellos que prefieren los caldos de carne.

Wasabi Shoyu

Si bien el secreto de un buen ramen está primeramente basado en su caldo, seguido por los noodles, los aditamentos son lo que, en mi opinión, pueden hacer a un ramen brillar.  Ippudo ofrece aproximadamente 8 aditamentos que varían desde la pasta Bakudan hecha en casa, hongos kikurage, bambú, huevo hervido o poché, hasta distintos estilos de carne de cerdo (Chashu y Kakuni (pork belly)). Y por supuesto, todos los noodles están hechos en casa, a mano.

Para los carnívoros, el Akamaru Ramen ofrece la receta original del restaurante, acompañado de Chashu, hongos kikurage, cebollín, col y la pasta especial de miso Umami Dama que ha vuelto loco a más de uno.  Y para los amantes de los noodles, Ippudo ofrece el sistema de interminables porciones de noodles llamado Kae-dama que, con solo su mención al mesero, premia al comensal con cuantas porciones adicionales de noodles que uno pueda comer.

Akamaru Ramen

Aunque tanto Ippudo como Totto Ramen se especializan en ramen, sus menús, en especial en Ippudo, ofrecen más opciones para aquellos que desean algo más, en especial entradas.  Los buns de Ippudo son particularmente conocidos y presentan una excelente opción para comenzar antes del plato principal.  Como es de esperarse, ofrecen los clásicos buns de cerdo, pero a mí en particular me parece que el bun vegetariano, hecho con hongo y berenjena, se lleva las palmas. El bun de pollo es otra opción, pero de los tres sería mi última opción.

Bun de Pollo

Si bien Ippudo busca ofrecer una experiencia algo más refinada del ramen, Totto Ramen es el extremo opuesto.  La idea detrás de Totto Ramen es replicar en lo máximo posible la experiencia de los restaurantes de ramen más informales y sencillos. El restaurante de la calle W52 es pequeño, caótico y no sienta a más de 20 personas a la vez. Esto implica que, debido a su popularidad, uno puede esperar en cola hasta por dos horas.  Y la espera no es dentro del restaurante, sino en la calle, así que si el antojo les gana les sugiero que vayan muy bien abrigados o de otra forma se van a congelar sus piececitos y pompitas.  Y la cola está repleta desde que abren hasta por allí de las 10:30 p.m.

Totto Ramen

Ya que uno logra entrar, los mejores asientos son los 12 que se ofrecen en la barra, donde uno puede ver a los cocineros preparando los distintos caldos en grandes ollas de acero, así como los noodles, carnes y demás acompañamientos de cada ramen.  Lo que me gusta de Totto Ramen es que ofrece más variedad en tipos de caldos, pues varios están hechos a base de pollo, además de un caldo especial preparado a base de hongos shiitake y alga.  



El Paitan Ramen a base de pollo tiene un extraordinario sabor y si le agregan el aceite picante rayu hecho con pasta de ajonjolí, se pone aún mejor.  El Paitan Ramen viene acompañado de noodles delgados servidos al dente.  La especialidad de la casa es el Umami Ramen, el cual está preparado con caldo de cerdo y pasta miso, acompañado de noodles más suaves y ondulados.  Totto Ramen también ofrece una variedad de aditamentos, entre ellos huevo, hongos kikurage, bambú, germen de soya, elote, cebollín y aguacate, además de la carne de elección.  Mi única (y no pequeña) queja es que las últimas dos ocasiones que he ido el pollo char siu ha estado sobrecocinado. 

Paitan Ramen

Otra opción popular es el Totto Spicy Ramen, el cual ya viene con una generosa porción de pasta rayu y con char siu pork como proteína.



Spicy Ramen

Y después de tan deliciosas descripciones, es necesario elegir al ganador de la batalla.

En la ecuación precio calidad, Totto Ramen es una gran opción. Por solo $16 dólares se tiene una comida completa, servida en porciones generosas, con tres tipos de opciones de caldos para el ramen.  Pero definitivamente hay que tomar en cuenta la larga espera, que en invierno puede no valer la pena.

Por otra parte, si el precio no es un obstáculo, para mi Ippudo es el absoluto ganador.  La sofisticación de los sabores del caldo, los noodles y los ingredientes están un nivel por encima de Totto Ramen.  La única limitante con Ippudo es que, salvo un caldo, el resto están hechos a base de carne de cerdo, que quizás no es la mejor opción para varias personas. Sin embargo, como lo mencioné antes, el ramen vegetariano es extraordinario y no le pide nada a nadie.

Así que, amigos, en esta época de frío, no se queden con el antojo y vayan a calentarse con su ramen!