Para aquellos que se encuentren en Midtown West después de salir del MOMA, de un concierto en Carnegie Hall o solamente paseando y que estén buscando un lugar para comer algo ligero, tomar unos tragos y picar algo de comer, el recién estrenado The Wayfarer es una muy buena opción. Ubicado en la esquina de la calle W57 y la 6a avenida, The Wayfarer es el restaurante del también recientemente abierto hotel The Quinn.
El lugar se especializa en mariscos y pescados. El menú ofrece mariscos frescos, como almejas, ostiones (ostras), cangrejo y cocteles de mariscos. También ofrece una pequeña, pero muy bien preparada, selección de crudos y clásicos americanos como lobster roll y New England clam chowder.
Parte de lo que me gustó de este lugar es que no se siente como la típica versión de un steakhouse americano para mariscos, aunque la decoración pudiera sugerirlo un poco. El lugar es abierto y elegante, pero con toque de modernidad. Toda la comida y los cocteles de bebidas tienen una presentación impecable; se les ha dedicado mucha atención, sin que esto vaya en detrimento de la calidad de los mismos.
Las entradas son ligeras, pero llenas de sabor. La ensalada de corazones de alcachofa es muy recomendable, acompañada de una vinagreta de mostaza, microgreens, queso ricotta y mermelada de cítricos.
Los crudos sobresalen por la alta calidad del pescado. El crudo de atún hamachi acompañado de palmitos finamente rayados y naranja roja (blood orange) sobresale por el balance de sabor y frescura. También ofrece The Wayfarer un crudo de atún con aguacate en salsa de soya y limón que, aunque es un platillo que más comunmente se encuentra en restaurantes hoy en día, sigue valiendo la pena.
Y de los clásicos, el lobster roll resultó una grata sorpresa, preparado de manera clásica pero con un toque de paprika y old bay para darle un twist un poquito diferente. El pan está horneado en casa y es un perfecto acompañante de la langosta.
Un par de aclaraciones. The Wayfarer no es un bastión de la creatividad culinaria, pero lo que preparan lo preparan bastante bien. Esto cuenta mucho, especialmente en una zona de la ciudad donde muchas veces los restaurantes pueden ser mediocres. Asimismo, debido a su ubicación y al hecho de que es un restaurante anexo a un hotel, los precios son a nivel turista, es decir, mucho más altos que la media en Nueva York.
101 W 57 St., New York, NY 10019
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