Tuesday, October 29, 2013

La Proliferación del Buen Café (parte 1): La Colombe

por Benjamín Nava

Desde hace ya algunos años, Nueva York dejó de ser la ciudad en donde se tomaba café en Starbucks. En algún momento llegaron a ser más de 200 locales en la zona metropolitana. Afortunadamente, mientras más crecía la cadena de la sirena, más locales independientes comenzaron a abrir por todos lados, especialmente en Manhattan, donde hay una saturación de Starbucks mayúscula.


En esta primera entrega de la proliferación del buen café, les presentamos La Colombe.




Desde sus inicios en Philadelphia en 1994, La Colombe fue consolidando su excelente mezcla de granos en los mejores restaurantes de Nueva York y Philadelphia. Tuvieron la audacia de entrar en el territorio de Illy y arrebatarle la supremacía que tenía dentro de la industria restaurantera. Chefs de la talla de Daniel Boulud, Eric Ripert y Georges Perrier fueron los primeros en ofrecerlo en sus afamados restaurantes. Uno podía coronar una cena suculenta con un exquisito café de La Colombe en Daniel de Boulud, Le Bernardin de Riper y en el difunto Le Bec Fin de Perrier en Philadelphia.


Hasta 2007, La Colombe contaba con sólo un par de cafés propios en Philadelphia. Fue en 2008 que llegó a Nueva York para abrir su primer local en el 319 de Church St. esquina con Lispenard St. en TriBeCa.



Desde el comienzo, La Colombe evitó la parafernalia y las opciones interminables que se venían ofreciendo en otros lugares. No hay menú. No hay saborizantes extras. No hay leche de soya.  Vamos, ni siquiera hay baño ni señal de internet. Éste es un lugar donde exclusivamente se va a tomar buen café.



Las opciones de bebidas se limitan a lo tradicional: café regular, café americano (espresso rebajado con agua) espresso, macchiatto, cortado o gibraltar (como ellos lo llaman), capuccino, latte y café helado (café regular, hielo y un shot de espresso). Igualmente ofrecen su mezcla especial de cafe helado embotellado.



Por un tiempo fui gran fan del latte. Pero últimamente prefiero un café americano sin azúcar. A lo mejor es la edad, o la evolución de mis gustos, prefiero dejar el latte para una ocasión especial.  Si planeo pasar más tiempo de lo que dura el americano, pido un gibraltar, que lo sirven en vaso de vidrio.

Aunque La Colombe ofrece distintas mezclas de café en grano,  sólo 3 de las variedades se ofrecen en los cafés para bebidas preparadas: Corsica para café regular.  Nizza se utiliza para espresso. Finalmente la descafeinada es Montecarlo. 



El café en TriBeCa no es grande. Tiene menos de diez mesas, dos máquinas de espresso. Con dos puertas, una por Lispenard y la principal por Church, el tránsito de gente hace que el café se sienta de mayor espacio de lo que realmente es. Otra de las particularidades de La Colombe es su vajilla. Utilizan platos y tazas italianas pintadas a mano. Azules o Rojas dependiendo del local. 


Además del local en TriBeCa, le siguieron dos cafés en Manhattan  (NoHo y SoHo). Mi favorito sigue siendo el de TriBeCa. Aunque hay mucha gente por las mañanas, la mayoría de la gente pide su café para llevar. Así, algunas mesas están libres para poder pasar un rato agradable, leyendo un buen libro, o sólo para mirar a la gente que viene y va. Todo esto mientras se saborea un delicioso café.


La Colombe no sólo está disponible en sus locales propios. Existen distintas cafeterías independientes que ofrecen café de La Colombe en sus locales como Saturdays Surf NYC. (www.saturdaysnyc.com)






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La Época de Oro de la Hamburguesa

por Raquel Bierzwinsky

Para abrir esta primera edición del blog, celebramos a la reina de la cocina americana. ¿Qué simboliza más la cultura norteamericana que una hamburguesa?! El gringo ama la hamburguesa como los mexicanos los tacos... y la verdad es que nosotros también! Y para aquellos que comparten nuestro amor, desean simplemente explorarlo o reencontrarse con una vieja amiga que abandonaron, Nueva York les dará muchas razones y oportunidades para enamorarse de la hamburguesa. 


En los últimos años, hemos visto que, indudablemente, la hamburguesa se ha puesto de moda. Los días en que McDonald's era la mejor o única opción han quedado muy, muy atrás. Estamos en la época dorada de la hamburguesa en los EUA y, en particular, en NY. Cada semana se abren nuevos "burger joints" que ofrecen rangos muy amplios en variedad, sofisticación, creatividad y calidad de las hamburguesas. Desde la hamburguesa clásica a la parrilla del Corner Bistro hasta la hamburguesa con trufa blanca (por solo $55!) de Burger & Barrell. Y como hay mucho que abarcar, este será un tema recurrente al que daré su merecido respeto en varias columnas en un futuro.

Por hoy nos enfocaremos en en unas cuantas de mis favoritas.Me parece justo comenzar con la cadena neoyorkina de Danny Meyer que ha elevado la noción de "fast food": Shake Shack.Con su ubicación original en Madison Square Park, Shake Shack cuenta el día de hoy con 5 restaurantes adicionales en Manhattan: UWS, UES, Theatre District, Grand Central Station y Battery Park City (y para los amantes del béisbol, la única razón por la cual ir a CitiField a ver a los Mets).


La belleza de esta hamburguesa es el sabor clásico con la calidad de los productos. Toda la carne es 100% Angus, sin hormonas ni antibióticos. Al ver inicialmente las hamburguesas de Shake Shack, no parecerían nada especial, pero les aseguro que la explosión de sabor en la boca de la mezcla de los ingredientes perfectos hace de estas hamburguesas una experiencia inolvidable.  El menú ofrece varios tipos a elegir, empezando por la ShackBurger sencilla con uno o dos patties de carne, con o sin queso y, acompañada de lechuga y jitomate, como dios manda. El pan que la completa es firme, pero suave, y aunque tirándole a lo delgado, balancea a la hamburguesa.


ShackStack con malteada de chocolate

Y combinada con una de las decadentes malteadas del restaurante (mi favorita, peanut butter, seguida por chocolate) podría uno pensar que está en el cielo. Y para aquellos que gustan de las verduras, la ShoomBurger de portobello, solita o combinada con carne (ShackStack), es la puritita felicidad.

Umami Burger, la primera sucursal de esta cadena de California, ha abierto sus puertas recientemente en Greenwich Village. Les advierto, estas hamburguesas están taaaaan buenas, que pueden encontrar colas de hora y media. Pero que no cunda el pánico, en el ínter pueden darse una vuelta por Washington Square Park o el Village y hacer hambre! Porque la hamburguesa lo vale. En particular la hamburguesa con aoli y queso de trufa, conocida como la Truffle Burger. Wow, wow y más wow! El bollo, preparado en el mismo restaurante, es perfecto. Al tomarlo en tus manos se ajusta a tus dedos con sus suavidad y consistencia y, verán que después de la primera mordida, tendrán que pausar para dejar que su cuerpo se ajuste al bombardeo sensorial que ese primer bocado les provocará.

Media a la izquierda es la Truffle Burger y la media a la derecha es la Classic

Algunos dicen que son los otros ingredientes especiales los que hacen la hamburguesa en Umami Burger tan buena, pero para mí es la carne la estrella del show; cocinada y sazonada verdaderamente a la perfección.
La Cali Burger es la versión más clásica, con lechuga, queso y cebollas caramelizadas. The Original, con sus hongos shiitake, cebollas caramelizadas y un fino crisp de queso parmesano, o la Hatch Burguer, con distintos tipos de chiles, también valen mucho la pena. Y dicen por allí las malas lenguas que la nueva 5 Spice Duck Burguer está para los cuates.
Y para terminar con broche de oro, aquellos que no pueden perderse el postre, no dejen de probar el sandwich de peanut butter con chocolate...digo, porque si ya se comieron 700 calorías en una hamburguesa, ya qué más son 500 decadentes calorías más!

Finalmente, si son fanáticos de las trufas blancas de Alba y no quieren perder una oportunidad que solo está disponible por unos meses al año, no se pierdan, por la módica suma de $55, la hamburguesa con trufa blanca que el chef Josh Capone ofrece en Burger & Barrell. Cuidado, no la confundan con la "truffle burger" que sirven en su menú normal. La white truffle burger no está en el menú, así que tendrán que preguntar por ella. La clave del sabor de esta hamburguesa es la combinación entre el queso robiola y las (muy) finas rodajas de trufa blanca importada desde Italia. Si tienen el dinero y el antojo, definitivamente vale la pena!
B&B white truffle burger con queso robiola y finas rodajas de trufa de Alba

Así que, amigos carnívoros, residentes de la Gran Manzana o de visita por la misma, hagan hambre y vayan por su hamburguesa!