por Benjamin Nava
Existe un cierto placer en la exploración incesante de espacios atractivos y únicos en esta ciudad. No somos los únicos y en esta ocasión este hallazgo se lo debo a un gran amigo que también goza en descubrir estas joyas ocultas que muchas veces pasan desapercibidas.
Entre la ruidosa 7a. Avenida y la famosa Bleecker St., se encuentra un tramo discreto y silencioso de Morton St. Una cuadra muy tranquila y apacible, que no llama mucho la atención.
Y como en muchas de las calles residenciales en West Village, uno parece transportarse por arte de magia a un cierto paréntesis urbano donde la paz y la tranquilidad se apropian del entorno. Ahí es donde se ubica Bosie Tea Parlor. Un refugio ideal para aquellos que buscan un respiro, una pausa dentro de la agitada vida en esta urbe.
Siendo el único negocio en la cuadra, desde la calle resaltan los enormes vidrios de su fachada. La luz entra plenamente al lugar y se refleja en los enormes recipientes dorados de té que adornan las paredes del local. Este detalle le da una cierta calidez al lugar que lo hace atractivo e invitante. Su decorado es discreto y sencillo, con unas cuantas fotos en la pared, libros sobre té y algunas teteras antiguas como adorno en sus repisas.
El menú de té en Bosie Tea Parlor es amplísimo. Un cuadernillo con una gran cantidad de variedades, algunas que sinceramente no conocía. El té se sirve en teteras de 2 o 4 tazas. Té verde, blanco, negro, mate, oolong, darjeeling, en fin. Durante mi segunda visita, a recomendación de una de las meseras, pedí una variedad de té blanco. Su aroma frutal era delicioso, nunca antes había probado un té igual.
Con más de 100 opciones, es difícil elegir uno. Pero la curiosidad lo hace a uno regresar a probar otras de las variedades disponibles.
Kiley Holliday es la encargada de esta gran selección. Certificada por la Asociación Americana de Tea Masters, Holliday estudió todos los aspectos del té incluyendo la historia, las mezclas de té y los maridajes. En 2010 decidió abrir Bosie Tea Parlor, que toma su nombre del amante de Oscar Wilde, quien era conocido por su afición al té.
Como parte de los atractivos, se ofrece un servicio de té que incluye pequeños sandwiches, macarrones y pastelillos. Ideal para ocasiones especiales, encuentros románticos y por qué no, hasta para la primera cita.
Pero aquí no todo es té. Bosie Tea Parlor ofrece muchísimas otras opciones para comer y beber. Hay ensaladas, sopas, paninis y quichés. Y para los que no toman té, hay cerveza, vino y café.
Y no puede faltar una amplísima variedad de postres a cargo de Damien Herrgott, originario de Besançon, Francia que proviene de una familia de chef reposteros. Las opciones son casi infinitas: croissants, macarrones, pasteles, tartas, pays, scones, galletas, eclairs. Y en algunos de estos, el té es parte de los ingredientes, como el eclair de té verde o la tarta darjeeling.
Se pueden dar una vuelta a cualquier hora porque cuenta con un amplio horario. Los fines de semana se extiende desde temprano para ofrecer brunch y cierra hasta la media noche.
Asi que ya están enterados. En esos momentos que estén agobiados, o necesiten de un poco de silencio, paz y tranquilidad, acudan a Bosie, ya sea solos o bien acompañados.
Bosie Tea Parlor, 10 Morton St., New York, NY 10014
bosienyc.com
Bosie Tea Parlor, 10 Morton St., New York, NY 10014
bosienyc.com
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